domingo, agosto 19, 2012

Dibujos - 3

No volví a calcar. Fue una mezcla de rabieta, orgullo y no sé qué. Pero no boté la idea.

Volví a dibujar cuando me empezó a gustar Pokémon. Tomé un cuaderno de dibujo y comencé a dibujar un Pokémon por página, copiando imágenes de referencia (sin calcar, sólo mirando). Recuerdo que me quedaba en la sala de clase durante los recreos, dibujando.

Creo que, pasando los años, llegué a dibujar cerca de 300 de las criaturas en esos cuadernos. Eso me ayudó a mejorar la calidad de mis dibujos. Los primeros eran deplorables (el primerísimo parecía algo que hubiera sido atropellado), pero más adelante los empecé a mostrar y parecían gustar. Ahora que lo pienso, me enorgullezco de lo que hice.

Después dibujé en croqueras y blocs. Hubo profesores que ayudaron a aprender mucho y les agradezco.

En un punto mencioné a mis padres que me gustaría dibujar "cuando grande". Me dijeron que sería mejor que trabajara en otra cosa y que dejara eso como un pasatiempo. Por alguna razón (supongo que porque ellos serían los que financiarían mis estudios, y porque después de todo eran mis padres) les hice caso y pateé la idea. Igual, mis dibujos nunca serían tan buenos como para vivir de ello, ¿no?

Luego de entrar a la universidad dibujé mucho menos. En general, dibujaba en márgenes de cuadernos como forma de cristalizar puns que se me ocurrían. Cosas básicas como literalismos y juegos de palabras. Como durante mi enseñanza media, intenté mantener un cuaderno borrador para poder dibujar cuando quisiera. Terminé valorando más ese cuaderno que los otros.

Ahora casi no dibujo. Hay poco tiempo y muchas cosas por hacer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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