domingo, agosto 26, 2007

Randomness, Parte 1

(esta debe ser la prueba irrefutable de que estoy loco)

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El computador terminó de iniciarse, y comenzó a escribir a toda velocidad. Por alguna razón, había despertado pensando en prosa. Mejor dicho, en tercera persona (algo no muy equivalente a prosa). De cierta forma, esto era realmente cómodo, porque los pensamientos simplemente fluían y no tenía que detenerse a pensar en ello.
Había soñado muchas cosas extrañas la noche anterior. Procuró no hacer movimientos bruscos para no olvidar mucho. Una punzada en el pulgar del pie derecho le recordó que, en un intento por estirarse en la cama, había pateado la pared, cosa que no le había gustado mucho a la pared (por lo que le había devuelto el favor llenándole el pie con dolor de la mejor calidad).
Soñó también con un gato pequeño. Estaba en una cama. También estaba su hermana, y un canal de música que no conocía.
Se dio cuenta de que no estaba lloviendo. Pensó en sus amigos, que habían cancelado un partido de fútbol por la lluvia, y se preguntó qué habrían hecho. Recordó que también había una perra en el sueño. De pelaje dorado. Rizado. Y cantaba / ladraba una parte de la canción "For What It's Worth" de The Cardigans.
Siguió recordando, y se dio cuenta de que era bastante divertido pensar de esta forma. Pero debía tener cuidado: cualquier descuido lo dejaría pensando en primera persona de nuevo. Tecleó cada vez más rápido, sin importarle los errores de ortografía. Ya habría tiempo de arreglarlos después.
También soñó que invitaba a una amiga por equivocación a administrar conjuntamente su página web. Cosa que después lamentaba totalmente. Se preguntó por qué había sido esa amiga en particular. Y es que a veces se imaginaba que los sueños traían mensajes importantes.
En otro sueño (¿o había sido el mismo?) había peluches, y una prima pequeña. Era un peluche de un Haunter, que habían comprado en una liquidación de una casa comercial. Claro, el sueño era en la casa de uno de sus abuelos. Comenzó a recordar más detalles: uno de los peluches era un Haunter. Había necesitado ir al baño, y su prima lo seguía. Por suerte existen esas cosas maravillosas que se llaman puertas.
Otro sueño había sudo en una casa muy extraña. Las habitaciones estaban numeradas, y sabía que tenía que ir a la 204, o algo así. Había cosas tiradas por todas partes. Se dio cuenta de que esta forma de pensar era muy cómoda, porque nada más que la narración pasaba por su mente; tuvo cuidado, porque darse cuenta de esto era acercarse peligrosamente a pensar en primera persona.
En otro sueño había espadas, pero primero debía terminar de escribir el sueño de la casa extraña. La sala 204 era donde tendría clases. Clases universitarias, pero con un profesor de su educación media, que aunque serio, era muy gracioso. Se le pasó por la mente que esta última frase tendría sentido solo para unos pocos (los que hubiesen conocido al profesor en cuestión) pero una vez más lo apartó de su cabeza por miedo a salir de su narración.
Entró a otras salas pensando que eran las correctas, pero la mayoría eran habitaciones extremadamente desordenadas, casi como la suya. Se puso nervioso, porque estos pensamientos-comentarios estaban apareciendo cada vez con más frecuencia, lo que le indicaba que pronto volvería a la normalidad.
El profesor en cuestión llegó y les dijo algo muy importante a los alumnos (incluido él), que obviamente no podía recordar claramente. Si hacía el esfuerzo por recordar, olvidaría todo el resto. Prefirió dejarlo ahí y seguir.

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Continuará... xD!

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